Las mujeres buenas se van al cielo, las malas a cualquier parte

En esta etapa la artista aborda una visualidad relacionada con lo “kitsch” (lo cursi-popular), están presentes comentarios que atraviesan posiciones de género y que dan cuenta de una condición subalterna de lo femenino, condición que se proyecta en todos los espacios de la vida cultural de la sociedad ecuatoriana. Al respecto de los trabajos presentados en la exposición individual en La Galería en 1993, la crítica e historiadora de arte Trinidad Pérez sostiene que, en este momento, la obra adquiere “una fuerza contestataria mayor a través de la utilización de códigos culturales identificables masivamente, provocando un cuestionamiento a una serie de mitos a nivel político, social y cultural”.

Las mujeres buenas se van al cielo, las malas a cualquier parte
Mixta sobre lienzo
150 x 130 cm
1993